Los majosos que me siguen

viernes, 23 de noviembre de 2012

Capítulo 48

Phoebe dejó la nota sobre las flores de nuevo, fue a por un jarrón y las metió en agua. Miró la hora, tenía veinte minutos para llegar al aeropuerto así que cogió sus maletas y bajó al garaje, sacó el coche y salió hacia el aeropuerto. Cuando llegó al aeropuerto embarcó y se sentó en su asiento en primera clase, como el viaje era bastante largo sacó el diario y comenzó a leer

"Cody, Amelia y yo nos quedamos a comer en su casa, comimos unas hamburguesas improvisadas que no estaban muy buenas pero era mejor que cruzar la calle e ir a mi casa lo cual supondría encontrarse con mi madre. Cuando terminamos de comer Cody y Amelia se fueron a la parte de atrás de la casa para estar solos.


-No nos quieren-dijo Lucas
-No-dijo yo riendo-deberíamos ignorarles nosotros a ellos
-No creo que les moleste porque si ignoras a alguien que ya te está ignorando quien te ignora no lo nota
-Tienes razón-me reí-Me aburro ¿Que hacemos?
-Pues no se me ocurre nada, ven conmigo, te voy a enseñar una cosa pero no ahora
-¿Cuando?
-Esta noche a las diez mas o menos. Te esperaré aquí.


-Vale-dije sonriente-Dame una pista sobre que es
-No, es una sorpresa y por ser una sorpresa no hay pistas-dijo él riéndose
-Bueno pues ya lo veré esta noche
-Sí
-¿Me gustará?
-Espero que sí porque si no me muero-dijo riendo


Estaba deseosa de que llegaran las seis de la tarde para volver a casa porque vendrían a llevarse a Amelia de nuevo a California, y claro, había que ver como se subía a un coche aunque eso fuera algo terriblemente común, una persona subiendo a un coche. Flipante ¿Verdad? Algo que solo se ve una vez en la vida.


Pasaron las horas y cuando Amelia se tuvo que ir la vi subirse al coche lo cual no tenía nada de especial pues tambien yo puedo subirme a un coche. Volví a entrar en casa y le dije a mi madre
-Mamá, ¿Tu me dejarías salir algún día de estos por la noche?
-¿Siendo nuevos en el pueblo y después de tu comportamiento? Ni en coña

-Vale

Me fui a mi habitación, me paré frente al armario durante casi una hora pensando en que ponerme, eso en mi no era muy habitual. Al final elegí una falda negra ajustada con una camiseta de Hard Rock de Madrid, unas medias finas, unas botas negras bajas y una cazadora de cuero negro. Fui a ducharme, me encanta ducharme, creo que tardé casi otra hora metida en la ducha. 


Cuando salí me peiné un poco los rizos y como no me gustó como me quedaban decidí alisarme el pelo, lo cual con la cantidad de pelo que tengo me llevó tambien una hora. Cuando terminé estaba muy mona pero eran las nueve así que subí, me vestí y volví a bajar al baño. Me lavé los dientes. No pensaba maquillarme, no me maquillo casi nunca a no ser que fuera para funerales, bodas, comuniones y cosas así pero ¿Para ir con mi vecino? No. No soy y nunca seré tan pija ni tan típica, porque es normal ver por la calle a una chica con diez quilos de maquillaje y una faldita, con tacones y una camiseta con escote, con un vestido hortera con un súper lazo. No. Yo prefiero unas botas bajas negras con unas medias rotas, vaqueros cortos deshilachados y una camiseta con una chaqueta de cuero con tachas. Desde luego.

Cuando terminé de arreglarme eran las nueve y media, esa media hora se me pasó demasiado despacio, más que una clase de física y de química en las que la profesora siempre me llama la atención por no prestar atención y no hacer nada.

Cuando eran las diez salí por la ventana y empecé a bajar, era difícil con la falda pero se podía, claro que se podía. Vi a Lucas en la puerta de su casa, estaba guapísimo, iba normal pero que le quedaba de maravilla. Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla


-¿A donde vamos?-dije
-Ya lo verás-dijo él riéndose
Me cogió la mano y empezamos a caminar, Lucas era un cielo. Me encantaba. Llegamos a un lugar bastante raro, había un pequeño camino de tierra
-A ver, lo que te quiero enseñar está al final de este camino pero como es secreto no lo puedes ver.-dijo Lucas

Noté como Lucas me tapaba los ojos con una venda negra y me cogía en brazos, su mano derecha rodeaba mi cintura y su mano izquierda me agarraba por los muslos. Me sentí como una auténtica princesa solo que yo a diferencia de ellas, no soy cursi. No sabía como podía aguantar mi peso y caminar todo lo que era el camino. 

Sentí como me dejaba en el suelo y me quitaba la venda de los ojos. Estabamos en un sitio precioso, había un muelle de madera vacío, un pequeño padro y algo de arena y un árbol bastante grande. Era un lago. Me encantaba


-Es precioso-dije sonriente
-¿Te gusta?
-Me encanta-dije sonriente


De repente se acercó a mi por detrás y rodeó mi cintura con sus brazos, me estaba sonrojando, no podía controlarlo me encantaba que estuviera así con migo. Noté como me susurraba algo al oído
-Phoebe yo...."

La voz de la azafata anunciando que ya iban a aterrizar la sacó de su lectura. Cuando terminara el funeral continuaría

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