Los majosos que me siguen

jueves, 15 de noviembre de 2012

Capítulo 36

Cuando Phoebe y Amelia terminaron de comprar se fueron a un restaurante a comer algo
-¿Hablaste con Claire?-dijo Amelia cuando terminaron de pedir la comida
-No, pero esque es una historia muy rara
-¿Me lo repites todo?
-Claro, en el camino de vuelta desde el aeropuerto me dijo que estaba tan borde porque la empresa de su padre había quebrado y si no conseguían dinero se quedarían en la calle.
-Y tu les ofreciste un millón de dólares cuando tuvieras acceso a la cuenta de la empresa
-Además de un trabajo para su padre, pero cuando llegué a casa busqué un poco de información sobre la empresa del padre de Claire
-Y descubriste que había ganado más dinero aun
-Claro, entonces fui a hablarlo con el padre de Claire para que me lo explicara y me dijo que su hija le había pedido un millón cuando estaba en Polonia pero que él se había negado y entonces me dio un número de cuenta y el número secreto
-Y fuiste al banco a averiguar de quien es esa cuenta
-Exactamente, descubrí que era la de mi empresa y que me habían quitado un millón de dólares, pero a la media hora más o menos su padre me estaba devolviendo el dinero
-¿Para que lo querrá?
-Pues ni idea, se habrá metido en algún lio
-Pero ¿Que clase de lío?
-Yo apostaría por un embarazo
-¿Como?
-Si, se quedó embarazada y no querrá tener al niño, en Estados Unidos el aborto no está bien visto y por eso lo hará en Polonia
-Pero allí tampoco estará permitido
-Claro que no pero lo harán ilegalmente además, no creo que nadie de Polonia venga a Los Ángeles a decírselo a la gente, cuando pueda hablar con ella le preguntaré para que es pero creo que es por eso, aunque puede que sea otra cosa
-Es posible pero no se, habla con ella Phoebe
-Cuando ella quiera hablar,hablaremos
-Vale
Terminaron de comer y se fueron a casa de Phoebe, cuando entraron vieron a Alicia y a Max sentados en el sofá
-Buenas tardes hermanito mío
-Buenas tardes hermanita mía
-¿Que pasa?
-¿Por qué no me dijiste que estabas saliendo con Austin?
-Porque es mi vida no la tuya, tu no eres mi padre
-Pero por lo menos decírmelo y no enterarme ahora de que te has acostado con él varias veces
-¿Y? Tu te estás tirando a una compañera mía de la universidad-dijo Phoebe bastante enfadada
-No es comparable
-Claro que lo es, es mi vida y hago lo que quiera con ella
-No mientras vivas bajo mi techo
-¿Eso es lo que quieres? ¿Quieres que me vaya? Pues me voy
-No quiero que te vayas quiero que no pases de mi como de la mierda
-Cállate ya Max, me lo has dejado muy claro, me voy no te preocupes
Phoebe salió corriendo hacia su habitación, sacó unas maletas del armario y empezó a meter la ropa dentro, no le gustaba pelearse con su hermano porque era lo único que tenía en el mundo y aunque siempre supo que ella era la oveja negra de la familia nunca fue quien quiso ser por lo que le pudieran decir pero eso se terminó, cogió los marcos de las estanterías y los tiró dentro de la maleta, mientras lágrimas negras por la sombra de ojos caían por su mejilla, cuando cogió una foto de toda su familia, ella, su padre, su madre y sus hermanos, empezaron a volver momentos de su vida a su cabeza, todo el odio que sintió hacia su familia durante toda su vida estaba volviendo a ella, recordaba todo lo que había llorado porque nunca se sintió querida por sus padres, cogió la foto y la estampó contra la pared rompiendo el cristal del marco, luego la recogió, tiro el marco a la basura y se guardó la foto en el bolsillo, bajó corriendo a la piscina. Sacó un mechero del bolsillo trasero del pantalón, con una mano agarraba en mechero y con la otra la foto, encendió el mechero y quemó la foto y mientras se consumía la tiró a la piscina y subió a su habitación. Desde el balcón de su habitación vio a Max salir al jardín y ver la foto quemándose. Max volvió a entrar en la casa, Phoebe oyó como subía las escaleras así que cerró la puerta de su habitación con llave con el objetivo de que Max no abriera.
-Phoebe-dijo llamando a la puerta suavemente
Phoebe decidió no contestar mientras buscaba su cartera con sus tarjetas de crédito. Cuando las encontró y terminó de guardar todas sus cosas le mandó un mensaje a Austin, Amelia y Jake para que se colaran en el terreno de la casa y se pusieran bajo la ventana de Phoebe. Al cabo de diez minutos estaban allí
-¿Que hacemos aquí?-dijo Amelia
-Phoebe se lo que vas a hacer, estoy dispuesto a ayudarte-dijo Jake-lanza las maletas
-Gracias Jake, cogedlas
Jake sacó una gran tela de su mochila la extendió y le dijo a Amelia que cogiera de un lado y Austin del otro mientras en sujetaba por el medio.
-Lánzalas-dijo Jake
Phoebe dejó caer sus maletas, afortunadamente todas cayeron bien, entonces se apoyó en el marco de la ventana y empezó a descender trepando. Bajó bastante rápido para hacer cuatro años que no hacía eso.
-Lo que estás haciendo es una locura-dijo Austin-¿Que pasa con tu hermano?
-A mi lo que le pase a mi hermano me da igual-dijo Phoebe
-Mira Austin, ella es la dueña de su vida y es mi mejor amiga, si no eres capaz de entender que en esta casa no se siente bien del todo pues no te metas porque sé como se siente.
-No, lo siento chicos, Max es mi amigo y no pienso dejar que se lleve un susto
-Austin-dijo Phoebe-me voy a ir de la ciudad, tienes dos opciones si se lo dices a mi hermano no me vas a volver a ver nunca, elige
-Lo siento Phoebe-dijo Austin
-Vámonos-dijo Phoebe
Phoebe cogió el coche, y comenzó a conducir, no sabía a donde iba, no sabía que hacer, quería borrar su paso por California, se iría a Nueva York probablemente porque quería empezar de cero y ese le pareció un buen sitio, las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, y no podía controlarlo, echaría de menos todo lo que dejaba detrás pero era lo que necesitaba, alejarse de todo aquella, de esa vida. De todo y de todos, quería empezar de cero y no volver jamás a California.

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