Los majosos que me siguen

martes, 20 de noviembre de 2012

Capítulo 41

Comió algo mientras pensaba en donde podía estar Austin, era importante saber si realmente estaba muerto o si, por el contrario, estaba vivo. Tenía esperanzas por primera vez en su vida había llorado desconsoladamente por alguien, nunca derramó tantas lágrimas hasta aquel momento, por nadie, ni su madre, ni su padre ni Amanda. Ahora lo sabía era él o ninguno. Terminó de comer y decidió hacer algo para entretenerse aunque fuera aburrido, que alejara su mente de Austin. Se sentó en el sofá, quería ver la tele pero no podía porque todavía no tenía. Listo. Ya tenía algo que hacer, irse a comprar una televisión. Cogió las llaves del coche, la cartera y bajó al garaje. Cuando sacó el coche vio a James parado junto al suyo
-Buenos días Phoebe-dijo James con una sonrisa
-Hola...
-¿Estás bien?
-Si-dijo Phoebe de forma borde y tajante mientras echaba el seguro en las puertas
-¿Que te pasa?
-Nada-dijo Phoebe mientras arrancaba el coche y se iba hacia una tienda de electrónica.
Compró la televisión increíblemente rápido, no dudó mucho, ella no era mucho de ver la tele así que relmente solo la compraba para tenerla y de vez en cuando ver alguna que otra cosa.
-¿Me cobra?-dijo Phoebe al chico que estaba en la caja atendiendo a todo el mundo
-Buenas tardes muñeca-dijo el chico mirando a Phoebe fijamente
-¿Vas a dejar de hacer el tonto o quieres que te de una ostia?
-Tranquila tigresa-dijo mientras le cobraba la tele a Phoebe
-Vete a la mierda-Phoebe cogió la tele y se fue a su casa
La instaló bastante rápido, siempre se le habían dado bien las máquinas en especial los ordenadores, era muy lista pero nunca nadie le había dejado demostrarlo. Phoebe podría haber hecho lo que quisiera con su vida. Pero pertenecer a ese tipo de clase social no la dejaba hacer su vida. Le mandó un mensaje a Amelia para hablar con ella y que le diera detalles concretos no como los que le había dado Jackson

"Hola Amelia, soy Phoebe supongo que aun te acordarás de mi, era para decirte que ya sé lo de Austin y que este sábado iré al funeral pero te mando este mensaje para preguntarte como estás además de que necesito mejores detalles que esos tan malos que me ha dado Jackson, cuando puedas por favor o llámame o escríbeme un mensaje, al número de siempre. Un beso, cuídate :)"

El mensaje no era muy propio de ella pero aún así era ella la que se había ido sin dar explicaciones y ahora tambien era ella la que pretendía saberlo todo sobre la situación y mandarle un mensaje pidiéndole detalles no era muy agradable y más sabiendo que Amelia y Austin eran muy amigos.

No recibió contestación aunque sabía que Amelia lo había leído ¿Le guardaría rencor? o simplemente no podría contestar pero siempre fueron como mejores amigas así que le extrañó bastante que no le contestara. Le mandó un mensaje a Claire, tampoco contestó, hizo algo mucho mejor, llamó a Phoebe.

-Phoebe cielo-dijo Claire-¿Que tal estás?
-Bastante mal por eso que me han contado
-Todos estamos mal, supongo que tu eres la que peor está aparte de su familia
-Evidentemente, no puedo creérmelo-dijo Phoebe mientras comenzaba a llorar- hace unos días estábamos en mi casa cuidando de su hermana y ahora él está muerto. Lo peor esque me siento muy culpable de su muerte, si yo no me hubiera peleado con mi hermano, no me habría ido y si no me hubiera ido el no habría cogido ese coche y si no hubiera cogido ese coche no habría muerto
-Phoebe, no puedes pensar en que habría pasado si... ahora tienes que superarlo, todos lo haremos. Recuerda que el no fue tu primer amor de todos modos y que realmente no sería él el chico del que hablabas a todas horas
-¿A que te refieres?
-Lucas
Un escalofrío recorrió la espalda de Phoebe, la imagen de aquel chico de pelo castaño y ojos negros volvió a ella. Claire tenía razón, Austin no fue el primer chico del que se enamoró, fue Lucas hace seis años atrás, con 16. Realmente hacía bastante que no pensaba en Lucas pero viveron muchas cosas.
-Tines razón-dijo Phoebe entre dientes. Te llamo luego, ahora tengo muchas cosas que hacer aquí.
Phoebe colgó el teléfono y empezó a pensar en Lucas y todo lo que había vivido. Lo tenía en un diario que llevó durante aquel año y medio en Alford, un pueblecito de Florida. Phoebe buscó ese diario y al fin lo encontró. Decidió echarle un vistazo

"De nuevo de mudanzas, que rollo. Ahora a Florida, Max se ha quedado en casa, seguro que da una fiesta, y yo no podré estar ahí. Vaya mierda. La casa es grande pero no merece la pena en comparación con esa casa de los horrores gigante de Los Ángeles"

Phoebe se rió al ver como llamaba ya de aquella a la casa, esas líneas eran de 22 de junio del 2008, todos esos pensamientos sobre Alford cambiarían al día siguiente.

"La pesada de mamá ya esta diciédome lo que tengo que hacer, espero que se vaya pronto con mi maravilloso padre el multimillonario a dar una vuelta y me dejen aquí sola para poder instalarme tranquilamente. 

Exploré un poco la casa y aunque es pequeña es bastante acogedora si no fuera porque es la casa más oscura en la que he estado, lo cual, no es del todo malo.

Los vecinos dan todos asco salvo el chico de la casa de enfrente, es bastante mono aun no he hablado mucho con él pero tiene pinta de ser majo. Es una versión opuesta de Austin desde luego. Mañana me presentaré, y veré un poco como es el pueblo, por lo que sé, en los pueblos pequeños de Estados Unidos tienes que ir a presentarte. Yo no lo considero necesario pero aquí debe de ser lo normal. Desde luego si estuviera en Los Ángeles no me presnetaría."

Phoebe se rió, hacia mucho que no leía ese tipo de cosas y hacía también bastante que no hablaba así de su familia. Realmente la Phoebe de 16 años era graciosa e irresponsable, no había cambiado.

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