Los majosos que me siguen

lunes, 10 de diciembre de 2012

Capítulo 57

No se creía en lo que se había metido, una nueva identidad, una nueva vida, una nueva ciudad. Ya casi todo lo necesario para desaparecer estaba listo, salvo una cosa, el dinero, tenía que cambiarlo a otra cuenta. Eso sería en otro momento. Ni siquiera lo haría ella, ya buscaría el modo pero Daniel lo haría. Las cosas se estaban complicando, había hecho muchas gilipolleces en su vida pero ninguna como la que acababa de hacer aquel día. Daba igual, era lo que siempre había querido, alejarse de su familia y que nunca la pudieran encontrar. Fue a su apartamento, por el camino se encontró con James, que gente tan estúpida hay por el mundo.
-¿Eres nueva?-dijo James cuando la vio.
-Pues no, soy una amiga de Phoebe.-dijo ella.-aunque es sólo para ver si está en casa porque me voy a ir pronto.
-¿A dónde?
-Aún no lo sé la verdad, pero quiero irme lejos de aquí. Seré más feliz.
-Comprendo, hemos llegado a mi piso. Adiós.-dijo James saliendo del ascensor.
-Adiós.

Phoebe o quizás ahora se la deba llamar Amanda subió hasta su apartamento, no le había dicho casi ninguna mentira a James, salvo lo de que era amiga de Phoebe, sí que se iba, a donde tenía que irse, Florida. Que bien se lo iba a pasar allí.

Entró y fue a su habitacion a echarse una siesta, nada más meterse en la cama comenzó a pensar en lo que se había convertido, de ser tan buena como era de niña a querer vengarse, a ser tan mala para irse y desaparecer del lado de los que se lo habían dado todo. Era una cosa que nunca le pasaba, tener remordimientos no era propio en ella. Sabía lo que hacía, se conocía perfectamente y sabía que podía hacer eso, sin complicarse nada. Su forma de ser se lo permitía. Se durmió en seguida y al cabo de dos horas se despertó porque Daniel la estaba llamando.
-¿Qué quieres Daniel?-dijo ella.
-Hola Phoebe, o ¿Debería decir Amanda?-dijo Daniel.
-Daniel, entiéndeme por favor, piensa en que si me quiero vengar como dios manda debo estar en Florida y acercarme a toda esa gente, pero creeme que no dejarán que Phoebe Robinson se acerque a ellos, pero a Amanda Jones sí.
-¿Me necesitarás?-dijo Daniel.
-Obviamente, ¿Tú empresa tiene sedes en Los Hamptons?
-Pues sí, mi empresa surgió en South Hampton, por eso que tengamos allí una empresa, ¿Dónde estás ahora mismo?
-Nueva York, quizás deberías venirte por aquí para ir juntos a Los Hamptons.
-Pues mañana a las diez y media estate preparada para irnos a Los Hamptosns, te quedarás en mi casa hasta que encuentres alguna donde asentarte. Tendrás que acercarte a los Henderson, lo máximo que puedas, para averiguar quienes estuvieron involucrados en todo, y luego ¡Bam!
-Venganza.-dijo ella.
-Exactamente, mañana a las diez y media en Wall Street. Te espero.
-Hasta mañana.

Ya eran las ocho y media de la tarde, Phoebe se caía del sueño así que decidió irse ya a dormir. Hasta las diez menos cuarto no se despertó. Se vistió y bajó hacia donde la estaría esperando ya Daniel.
-Señorita Jones.-dijo Daniel riendo.-me gusta tu pelo, te queda bien.
-Muchas gracias.-dijo ella riendo.-¿Cómo vamos?
-Pues vamos en este taxi hasta el aeropuerto donde cogemos un avión hacia Los Hamptons.
-Pues vamos ya.-dijo Phoebe subiéndose al taxi.
Daniel subió y se fueron hacia el aeropuerto donde cogieron un vuelo a Los Hamptons, llegaron más o menos a las diez en Florida y mucho más tarde en Nueva York. Para llegar a la casa de Daniel tuvieron que estar media hora en el taxi, unos 20 dólares.

Era una casa enorme, blanca, como se notaba que Daniel era multimillonario, quizás la casa no fuera tan impresionante por dentro como al otro lado de la valla parecía, pero no era así, nada más atravesar la verja había un garaje y la puerta, bordeando la casa un camino que iba en descenso hacia el jardín trasero donde estaba una gran piscina. Era todo impresionante. Entraron en la casa, había un gran recibidor y unas escaleras que subían hacia los pisos superiores y otra hacia otro piso donde se encontraba el salón.
-Amanda, vete al salón un momento, vengo ahora, voy a prepararte una habitación-dijo Daniel.

Phoebe bajó las escaleras de caracol hacia el salón, tenía un gran ventanal que cubría toda la pared, daba a la piscina, unos sillones y un sofá todo blanco y una gran televisión de plasma. Desde luego Daniel se había arreglado bastante bien la casa. Esa sala le recordaba a algo, no sabía a qué pero a algo sí, algo triste. Se acercó al ventanal y miró a través del cristal, vio un coche caro entrar, no sabía de quién era. Escuchó el timbre y luego a Daniel abrir la puerta y hablar con otro hombre.
-Ven por aquí-dijo Daniel indicándole al hombre que bajara al salón
-Claro. Oh, ¿Puedo preguntar quién es esta chica tan guapa?-dijo el joven que se encontraba ante ella.
-Puede presentarse ella solita que tiene boca.-dijo Daniel
-Soy Pho... Amanda.-dijo Phoebe.
-Bonito nombre Amanda, soy Nathan.-dijo él.
-Encantada de conocerte Nathan.
-Tu cara me suena pero no sé de qué.-dijo Nathan.
-Pues si no lo sabes tú...-dijo Phoebe.-¿Podemos hablar Daniel?
-Claro que sí.

Phoebe y Daniel salieron del salón hacia el último piso.
-¿Quién es ese?-dijo Phoebe.
-Phoebe, ese chico te interesa y mucho, Nathan Henderson, heredero de Henderson Company.
-¿En serio?
-Claro que es en serio, verás todo lo que debes hacer es averiguar un poco sobre esa familia, averiguar quienes estuvieron involucrados, quienes lo planearon todo y después, se acabó. Después de vengarte.
-Daniel, estoy empezando a dudar sobre esto, no creo estar preparada para resolverlo así, sé que lo merecen pero ahora mismo acabo de sentir algo cuando estaba en tu salón.
-Claro, lo has recordado. ¿Quieres saber qué pasó exactamente?
-Sí por favor.
-Pues te contaré todo lo que debes saber, tu madre sufrió un desmayo en ese salón hace 4 años, luego murió en el hospital. Las muertes de tus padres Phoebe están muy borrosas para todos, nada tiene sentido, para nadie, ni para mí. Max tampoco sabe nada. Ninguno sabemos que pasa exactamente.
-Es todo tan complicado, todo tan lioso, pero ahora no voy a dejarlo todo. Vamos a por los Henderson.
-Esa es la Phoebe Robinson que yo conozco.-dijo Daniel riendo.

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